Los cineastas echan a veces una cana artística al aire y se embarcan en un proyecto de menor envergadura industrial de lo que acostumbran. Clint Eastwood lo hizo con esa joyita que es 'Gran Torino' y Sam Mendes ('American Beauty', 'Camino a la perdición') lo acaba de hacer con la comedia dramática 'Un lugar donde quedarse'.
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